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“Archivo Carmona: episodios weones de la historia secreta mundial”: La invasión extraterrestre a Ch

El 30 de noviembre de 1938, el mítico Orson Welles remeció Nueva York y el mundo con la espeluznante transmisión de “The war of the worlds”, un radioteatro adaptando la obra cumbre de la ciencia ficción de H.G. Wells.

Escuchada por unos 6 millones de personas, creo un pánico nunca antes visto que sumo a la ciudad en un caos, cerca de 1,2 millones de personas (1% de la población americana de la época) se calculan que tuvieron reacciones emocionales a la transmisión, miles se refugiaron en sus casas, escaparon, etc.

De hecho cientos “vieron” la invasión, hubo reportes de testigos de las llamaradas de las armas, los sonidos de los rayos alienígenas, gente desmayada por el gas mortal extraterrestre, unos pocos dispararon contra torres de agua y cualquier cosa que imaginaran de origen extraterrestre.

Fue el comienzo de la noción del poder de los medios en la psiquis del público, Welles tuvo que pedir disculpas públicas y las lecciones aprendidas fueron profusamente usadas después por el marketing e incluso el esfuerzo de guerra a través de las campañas durante la segunda guerra mundial.

Teóricos de la conspiración hoy en día siguen creyendo que el “experimento” de Welles fue de hecho cuidadosamente planeado por el gobierno americano a través del consejo de relaciones exteriores, y financiado por la fundación Rockefeller a través de la universidad de Princeton. La intención habría sido evaluar directamente la respuesta del público a una situación de stress masiva artificial (probablemente considerando la posibilidad de una nueva guerra mundial e invasión de USA), así como el impacto de los medios, marcas, etc. Las encuestas llevadas a cabo post transmisión son de hecho un gigantesco estudio de mercado.

Sin embargo no fue la última vez (ni la primera de hecho), hubo más “guerras de los mundos” y una de las peores ocurrió… como no podía ser de otra forma… en Chile.

Los marcianos invaden Chile.

La noche del 12 de noviembre de 1944 (9:30 pm), o sea casi exactamente 6 años después del programa de Welles, Chile se conmocionó con la transmisión de lo que a todas luces se trataba de una invasión alienígena a Chile.

Radio cooperativa vitalicia había estado publicitando su adaptación de la novela de Wells y programa de Welles durante días, incluso anunciando que las personas susceptibles debían abstenerse, obviamente esto se ignoró, el guion adaptado por William Steele y Raul Zenteno, creado considerando el programa de Welles, hizo exactamente lo que se esperaba, creo un pánico general.

Usando la misma técnica de flashes noticiosos, efectos de sonido e incluso imitadores de voces personificando a autoridades de la época, la transmisión resulta aún hoy realista y escalofriante.

“Esto es el fin… Son miles” “Está quemando viva a la gente” son algunas de las frases acompañadas de realistas efectos de sonido que hacían muy difícil que la gente que se unía a la transmisión distinguiera que se trataba de un programa ficticio.

Según la transmisión los marcianos aterrizaban en gigantescas naves suspendidas de paracaídas, concentrándose en el pueblo de Puente alto, donde cientos de carabineros morían defendiendo la ciudad.

Docenas de miles de personas escapaban de Santiago, el ministro de defensa preparaba el contrataque, ciudades y monumentos eran destruidos, el caos llenaba el país.

En Valparaíso, un electricista llamado José Villarroel, ante el pánico moría de un ataque al corazón, transformándose en la primera víctima en la tierra de un ataque extraterrestre, algo que ni la transmisión de Welles había logrado.

Durante esa noche, Chile vivió su propia pesadilla.

¿Cuál fue la diferencia?

Mientras en Nueva york el pánico fue total, en Chile este dio paso rápidamente al fervor, en la capital la gente de los barrios salió a las calles preparando barricadas para defenderse de los marcianos, en las localidades rurales turbas se congregaron en las plazas para trasladarse de inmediato a Santiago a luchar, por todos lados el sentimiento de resistir o morir creció en cuestión de minutos.

Chile lucharía.

La misma situación en 1949 se repitió en Quito, Ecuador (de la mano de un productor local y uno… chileno), pero el programa solo duró unos minutos, la multitud en pánico que se había lanzado a las calles en medio de saqueos y estampidas, reaccionó de la peor forma posible, fue y quemó la radio, 8 personas murieron calcinadas más otros tantos en el desorden creado.

¿Qué explica la reacción chilena?

La cercanía de la segunda guerra, los conflictos con países vecinos, la efervescencia histórica de la guerra del pacifico, la experiencia en catástrofes naturales, etc, pueden explicar tanto el pánico, como la reacción defensiva chilena, pero sin duda hay algo que es intrínseco en la forma como los chilenos respondemos rápidamente a una situación de desastre masivo y como se reacciona emotiva y concretamente al stress y la agresión.

Nuestra historia de catástrofes naturales y agresiones bélicas, nos predisponen a reaccionar de una forma automática y aprendida, a diferencia de muchas naciones, por ejemplo los chilenos enfrentamos un promedio de 3 grandes terremotos en nuestra vida, esta situación de caos generalizado y la forma de enfrentamiento transmitida por generaciones ya es un antecedente bastante único en la formación de nuestras psiquis, que moldea la visión que tenemos de familia y sociedad, algo muy diferente de por ejemplo la experiencia de vida promedio de un estadounidense que en general no enfrenta sucesos catastróficos generalizados con regularidad.

Esto se ha discutido largamente en relación al shock provocado por el 9/11 en USA (que dejó huellas profundas y pesquisables en las psiquis americanas muy superiores a por ejemplo lo que significó el atentado del metro de Tokio para los japoneses).

Los chilenos somos una sociedad moldeada por catástrofes (terremotos, incendios, inundaciones, etc), además de una situación geopolítica que se asemeja mucho a una isla (de hecho tenemos muchos puntos sociológicos en común con naciones isleñas tradicionalmente amigas de Chile como Inglaterra y Japón), esto ha moldeado una sociedad que da gran importancia a la colectividad, las posesiones tangibles y el núcleo familiar (que se ve claramente en comparación con naciones vecinas), creando una sociedad que comparativamente tiende más al orden, el status quo y la solidaridad, así como a la defensa férrea de la propiedad común y el agrupamiento social.

De hecho nuestros mayores problemas suelen ser internos, el concepto de enemigo común, la defensa conjunta, solidaridad general, voluntarismo, etc, son masivos, el chileno responde de forma ordenada y proactiva a la agresión externa, pero tiende a ser pasivo ante la amenaza interna, de ahí la gran desigualdad que explota en gran parte la necesidad de orden enclavada en la psiquis nacional.

Señores marcianos: no ataquen Chile… o sufrirán las consecuencias.

Programa conmemorativo que incluye grabaciones originales:

http://www.cooperativa.cl/noticias/entretencion/radio/radio-cooperativa/cooperativa-y-su-historico-programa-sobre-la-invasion-extraterrestre/2014-11-12/160329.html

Nota chilensis: la transmisión tal como decían los avisos publicados por radio cooperativa vitalicia fue auspiciada por… “Mejoral, el calmante por excelencia”, eso es marketing a la chilena.

Bonus: “la gran guerra marciana” documental armado con imágenes de la primera guerra mundial + gráficos computarizados mostrando la guerra ficticia narrada por h.g Wells.

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